El 9 de abril de 1948 fue asesinado en Bogotá el líder liberal Jorge Eliecer Gaitán quien se perfilaba como el más seguro presidente de Colombia, ese crimen desencadenó una ola de violencia en todo el país que aun hoy después de 74 años se continúa viviendo.
En 1948 la esperanza de los colombianos con relación a tener un cambio que les mejorara sus condiciones de vida estaba fijada en el liberal Jorge Eliecer Gaitán, el ”Caudillo del Pueblo” lo llamaban y se perfilaba como el presidente que iba a ser elegido por el pueblo pueblo, sin embargo el “establecimiento” no tenía ni la más mínima intención de permitir que su poder fuera traspasado al “Negro”, como de manera peyorativa le conocían en los círculos más altos de la rancia sociedad colombiana, la presión fue mucha.
Las manifestaciones de Gaitán llenaban todas las plazas de todos los pueblos y ciudades colombianas, sus elocuentes discursos denunciaban los abusos del poder, la corrupción y el desgreño administrativo, dejaban ver una luz de esperanza al pueblo oprimido, que si bien tenía claro que en el país no había dictadura como en la mayoría de los vecinos, si pasaba por un régimen de extrema derecha en cabeza del presidente Mariano Ospina Pérez, cada vez más sectario, más excluyente en el cual se ahondaba la pobreza de la mayoría y crecía la riqueza de unos pocos favorecidos.
Gaitán presidente!, ese era el clamor popular pero también era el miedo de la elite, Colombia fue designada sede de la primera reunión de la OEA en ese mes de abril de 1948. Llegaron representantes de los diferentes países americanos para asistir a este magno evento, era una gran vitrina para visibilizar a quien ya se tenía como el próximo presidente de la república. Pero el plan que urdieron desde el anonimato esas fuerzas oscuras que todavía hoy siguen protegidas y protegiendo un establecimiento criminal y corrupto, se concretó.
A la una y cinco minutos de la tarde del 9 de abril y cuando se dirigía a su oficina, después de haber compartido el almuerzo con algunos de sus más cercanos amigos (entre los cuales posiblemente había un traidor), Gaitán fue sorprendido por un lustrabotas llamado Juan Roa Sierra quien le propinó tres disparos que le produjeron la muerte casi inmediatamente, aquí terminó la gran ilusión del pueblo colombiano de tener un gobernante propio, un gobernante con sensibilidad social y con un programa que reivindicaría a los sectores populares.
Con Gaitán murió la esperanza de gran parte del pueblo colombiano, pero “se mantuvo el establecimiento y se salvaron las instituciones”, como dirían algunos lideres políticos de la época.
Al enterarse de este magnicidio gran parte de los habitantes de las diferentes ciudades colombianas comenzaron a salir enardecidos clamando justicia, a Roa Sierra lo atraparon tratando de camuflarse en un almacén céntrico y la horda envalentonada simplemente lo ajustició, prácticamente fue desmembrado a golpes y exhibido como trofeo, él fue el autor material, nunca se supo quien o quienes los autores intelectuales.
Y comenzó uno de los capítulos de violencia más dramáticos para Colombia, el “bogotazo” fue el nombre con el que pasó a la historia, pero sucedió en todo el país no solo en la capital como podría pensarse dado el nombre que trascendió.