¿Cómo se vinculan el mundo del cine con la disciplina histórica? ¿El cine histórico o de época es un género que conserva el rigor histórico por encima de lo comercial? ¿Puede ser neutral el abordaje de la historia en una película? ¿Se puede contar parte de la historia a través de un proyecto audiovisual que al mismo tiempo debe ser atrapante para un público amplio? ¿Pueden convivir ambos intereses? ¿Cómo se construyen los personajes?
¿Estas preguntas tienen una respuesta única o correcta? Por supuesto que no, pero sí hay ejemplos concretos con lo que nos podremos ir acercando. Cuando hablamos de cine histórico o de época, las primeras películas que se nos vienen a la cabeza seguramente son Troya, 300, Gladiador, Robin Hood, Alejandro Magno, Corazón Valiente, El patriota, Apocalypto, étc. Algunas podrán tener más rigor histórico que otras, pero de que han sido exitosas, no hay dudas. Tampoco existen dudas de que estas películas son solo representaciones creadas para un consumo comercial, no académico ni intelectual, pero más allá de eso, la industria cinematográfica configura parte del imaginario público. Empezando por qué (contenido) se representa y fundamentalmente cómo. Hay una decisión política/historiográfica en el momento de elegir el tema/contenido y sobre todo, en la forma de abordarlo, ambas elecciones constituyen un posicionamiento sobre lo que se contará, es decir ninguna elección es casual o neutral. Veamos algunos ejemplos concretos.

300, la taquillera película estadounidense, estrenada en el 2007, relata la batalla de las Termópilas la cual tuvo lugar durante las guerras médicas. Ahora recordemos y analicemos ¿Cómo se construyen el bien y el mal? ¿Quiénes son los “buenos” y quiénes los “malos”? ¿Los héroes y los villanos? ¿Cómo es la caracterización de los personajes? Tenemos por un lado, al occidental y heroico grupo pequeño de soldados espartanos (Grecia) y por el otro a gran temerario ejército de soldados orientales persas (Imperio aqueménida). Los primeros son unos pocos soldados blancos, con Leónidas a la cabeza, con cuerpos hegemónicamente bellos, heterosexuales y con familias correcta y amorosamente constituidas, civilizados, con ideales de libertad, respeto, valor y coraje. Los segundos son unos miles de soldados de tes muy oscura, con ojos negros y colmillos, con rasgos notablemente afroasiáticos y acompañados de una gran teatralización del poder, promiscuos, bárbaros y monstruosos, comandados por un Jerjes exótico gigante, tirano, déspota y pseudo Dios.

¿Y qué hay de Esparta? Que hay de cierto en esa representación democrática de una ciudad que en realidad es una diarquía y cuya organización social se divide en tres clases: espartanos, periecos e ilotas (esclavos). Resulta interesante preguntarse entonces desde que lugar se defiende la libertad; ¿desde una sociedad libre de esclavitud y totalmente igualitaria? ¿Libertad para quienes? Aquí la idea no es defender la conquista del Imperio Persa, sino, revisar los estereotipos orientalistas con los que la industria cinematográfica (¡y Heródoto!) representa lo no occidental, el otro cultural, el otro que no es europeo. Esta representación no es casual, no es neutral, no es inocente, es una decisión política.

Vayamos a otro ejemplo muy conocido y exitoso: La momia. Si bien no es una película “de historia”, existe algún tipo de abordaje sobre lo histórico ya que se selecciona para desarrollar sólo una dimensión del antiguo Egipto: lo sobrenatural, en clave de traición, de maldición, de venganza. El argumento ya es conocido, Imhotep, sacerdote de Seti I, resucita luego de la momificación-castigo. Ahora bien, ¿qué rol cumplen en todo esto la egiptóloga y el soldado? Dos protagonistas blancos, europeos, heterosexuales, edad que oscila entre los 30 y los 40, inteligentes y valientes. Evelyn es una apasionada de la cultura egipcia que por accidente conoce un soldado de la Legión Extranjera Francesa quien sabe dónde se encuentra Hamunaptra. Este soldado está en una cárcel en El Cairo a punto de ser ahorcado, no le espera ni más ni menos que la horca. ¡Vaya forma de representar el sistema judicial egipcio! Evelyn “lo rescata” ofreciendo parte del oro que se encuentre en la ciudad de los muertos. Comienza la aventura que al principio es divertida pero hacia el final todo se vuelve más peligroso. Pero ¿Por qué? Analicemos la fantasía: una expedición independiente, que no pide autorización a nada ni nadie para entrar a la tumba, despierta a una momia a través de la lectura de un libro que no casualmente ha sido robado por Rick O´Conner. Lo fantástico es lo fantástico, ¿pero cómo se construye? ¿Por qué Imhotep es el villano? ¿Qué hacen un grupo de blancos británicos y estadounidenses con hambre de oro adentro de una tumba egipcia? Esto es historia conocida. Ahora, ¿por qué los protagonistas son héroes? ¿Por qué los únicos “hechizados” por la momia son egipcios y por supuesto tienen turbante, son negros, están sucios y tienen palos? Y otra vez el binomio contrapuesto: Egipcios hechizados, europeos que destruyendo el hechizo. Evelyn, la egiptóloga es muy inteligente y sabe mucho sobre el antiguo Egipto, pero es muy curioso que solo esté atenta a la dimensión mística y exótica: por ejemplo detalla cómo es el proceso de momificación pero nunca menciona cuan organizados estaban los antiguos egipcios como para construir tan magnificas construcciones o cómo era su compleja organización política donde yace nada mas ni nada menos que la creación del Estado.

Evelyn con su sabiduría y Rick son sus armas. El conocimiento y la fuerza. El éxito del colonialismo tardío de África y Asia durante el siglo XIX. Resulta interesante observar de qué recursos se sirve «la bestia» para cumplir sus objetivos: sus pequeñas momias que ofician de «ejercito», Beni que es el ex compañero «traicionero» de Rick ,quien no casualmente utiliza un fez (sombrero atriangulado rojo), los propios ciudadanos egipcios hechizados y el mismo hábitat, el desierto, el cual domina con naturalidad. De esta forma se constituye un villano mucho mas poderoso que una simple momia ya que consigo tiene todo el poder del mismo Egipto. Dato no menor si de orientalismo hablamos. ¿Por qué representar a Egipto como un enemigo?
Luego del éxito de La Momia I, algunos años después, se estrenó la II (que me atrevería a decir que es mas de lo mismo). Pero en el 2008 se estrena La Momia III, La tumba del emperador dragón. Ahora la maldición se muda de país, ¡pero no de hemisferio! Nada mas ni nada menos que China. Otra película de fantasía con tintes de historia. ¿Por que tintes históricos? Por que la momia villana ahora es el emperador dragón que ordena construir la Gran Muralla China, la misma que existe y todos conocemos. El argumento es el mismo, la traición amorosa, la mujer en un lugar de engaño, un confidente traicionero y un monarca muy enojado. Ahora el villano que jura destruir el mundo no es persa ni egipcio, sino chino. La película contiene los mismos estereotipos que las anteriores; los arqueólogos son todos europeos, el emperador tiene sus aliados en el ejército vivo chino, su ejercito chino momificado y por supuesto parte del paisaje oriental.

¿Podremos algún día pensar en un cine neutral? ¿Acaso existe la neutralidad? ¿Tiene sentido pensar el cine?